Casi desnuda, casi transparente te miras en el espejo. Tus pupilas resaltan de entre los muertos que te persiguen sin aliento. Buscas encontrar una solución a la falta de coraje que te invade y huir desprevenidamente, lanzarte al mundo con unas botas de oferta, gastadas y sucias que le habías arrebatado a un murciélago envenenado de rabia.
Mirabas delicadamente el entorno, y con el grito ahogado en tu garganta intentabas callar lo que tus palabras no podían decir. Indignada ante la situación, una situación patética, de mal gusto. Intento encontrar escusas que justifiquen los errores que se desenvolvían delante mio.
Mi cara se estampaba contra el vidrio y yo lloraba ligeramente de alegría. Ligeras ligas, ligera la vida. Rápida sin ropa me solía decir el despiadado de mi ex.
Yo clavaba mirada como estaca en corazón y retomaba por el sendero estrecho de la razón y la soberbia.
Suelo pensar que todo pasa por algo, pero por fin pude entender que todo pasa porque así es la vida. Larga, corta, inquieta, MANIPULADORA.
Como pude olvidarme de un detalle tan importante?

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